Edith Wharton
El mundo que nos describe en sus novelas Edith Wharton, nacida el
24 de enero de 1862 en Nueva York, es el mismo que refleja Henry James
en las suyas, no en balde ambos eran unos enamorados de Europa, y disfrutaban
de una posición social lo suficientemente elevada como para poder
retratar en profundidad a la sociedad de su época, que, por otra
parte, si por lo leído nos guiamos, era bastante superficial y obsesionada
sólo en realizar un matrimonio en el que riqueza y status fuesen
juntos.
Hija de casa bien, Edith residió en el viejo continente durante la niñez, lo cual marcó en ella una impronta que la acompañó el resto de su vida.
Otra vez en su ciudad natal, es educada como conviene a una jovencita de su clase, pero nadie se apercibe de que aquella muchachita tenga unas inquietudes muy diferentes a las del resto de las de su edad; le gusta los libros, le gusta leer y posteriormente, descubrirá que también le atrae escribir, aunque se inicie en la literatura propiamente dicha, un poco tarde, es decir, a los 40 años con su primera novela El valle de la decisión, habiendo escrito algún que otro relato con anterioridad. Mucho antes, sin embargo, a los 23 años se había casado con el banquero de Boston Edward Wharton, cuyo apellido Edith hizo famoso, y del que se divorciaría en 1913, debido, entre otras cosas, a los adulterios reiterados del cónyuge.
Mujer de su época, llevó una vida privada discreta ya que nunca gustó del escándalo, pese a tener un amante reconocido en el periodista Morton Fullerton, varios años más joven que ella, y cuya relación le inspiró la novela, por otro lado llevada al cine con notable éxito, La edad de la inocencia.
Se ha hablado también de su amistad con el abogado Walter Berry, aunque parece ser que fue eso, sólo amistad, ya que él, persona culta, sensible e inteligente, lo único que hizo fue conectar con ella a la altura del pensamiento intelectual, convirtiéndose en una especie de mentor para ella. Asimismo fue muy amiga del novelista Henry James, el primer y más entusiasta admirador de su obra.
En 1907, Edith Wharton marcha a Francia en donde se instala definitivamente, primero en París, y adquiere la ciudadanía. Allí escribe gran parte de sus novelas.
Sería injusto denominar a la Wharton una cronista de la alta sociedad de su tiempo, con lo que ello pueda tener de peyorativo, porque, aunque escribió sobre aquella, su talento como escritora transformó en novelas ricas en sensibilidad argumentos que autores menos observadores, hubieran convertido en retratos banales y aburridos. Sin embargo no debemos olvidar que Edith Wharton, escribió también sobre otros temas y de ahí libros como Relatos de fantasmas, o, por ejemplo, la novela Un hijo en el frente.
En sus novelas destaca una continua lucha por reivindicar el papel de la mujer, sin que por ello incurra en extremismos feministas.
Falleció en Saint-Brice-sous-Forêt, en el año 1937, dejando inconclusa su última novela Las bucaneras, que, no obstante, se ha editado.
Edith Wharton fue la primera mujer que ganó el Premio Pulitzer, pero unos años antes, en 1915, le es concedida en Francia la Legión de Honor, por su colaboración con los aliados en el transcurso de la Guerra del 14.
Para conocer mejor a Edith Wharton, esa gran dama de la literatura norteamericana,
nada más indicado que leer su autobiografía Una mirada atrás,
y también sus Cartas a Morton Fullerton, correspondencia que duró
desde 1907 a 1931.
